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Autores/as: Juan Carlos Espín de Gea , y otros autores ,
Existen evidencias científicas que confirman la presencia de componentes con efectos beneficiosos para la salud en muchos alimentos de consumo tradicional, como las frutas y verduras, el pescado, el aceite de oliva, los cereales y los lácteos, entre otros. Sin embargo, los cambios en los hábitos de vida asociados a las actividades laborales hacen difícil en ocasiones seguir las pautas de consumo recomendadas. Probablemente de ahí surge el interés del consumidor por incorporar a la dieta alimentos que puedan ayudar a salvar ese desequilibrio alimentario.