

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0.
Autores/as: John Macarthur
Todas estas mujeres llegaron a ser extraordinarias en última instancia, no debido a algunas cualidades naturales de ellas mismas, sino solamente porque el único Dios verdadero a quien veneraron, que es grande, poderoso, glorioso e impresionante, las refinó de la misma manera que a la plata; las redimió por medio de la obra de un extraordinario Salvador —su propio y divino Hijo— conformándolas a su imagen (Romanos 8.29). El trabajo perfecto de Dios en sus vidas las hizo mujeres realmente extraordinarias.