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Autores/as: Miguel Ángel Betancourt Suárez
Más atrás, en el tiempo, comienza a dificultarse el discernimiento de las relaciones entre los principales tipos de animales, pero, como veremos más adelante, existen signos claros en el material genético que indican que todos compartimos un ancestro común conocido como LUCA (por las iniciales en inglés de Last Universal Common Ancestor). Hace menos de 450 años, cualquier europeo con escolaridad media y superior creía que la tierra era el centro del universo, cuya extensión se limitaba a tan sólo algunos pocos millones de kilómetros y que los planetas, el sol y otras estrellas giraban en torno de ella. Hace menos de 250 años se pensaba que el universo había sido en esencia igual a su imagen actual desde hace 6 000 años, aunque para entonces también sabían que la tierra orbitaba al sol, al igual que los otros planetas, y se aceptaba que el universo era de mucho mayor tamaño de lo que se creía. Finalmente, hace menos de 150 años se aceptó la idea de que la tierra era el producto actual de por lo menos decenas de millones de años de cambios geológicos constantes y muy dinámicos; éste fue el pensamiento predominante entre la comunidad científica, pero la gran mayoría seguía pensando que todas las especies vivientes habían sido creadas por un Dios.