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Autores/as: CIDOD
El demócrata Jimmy Carter llegó en 1977 a la Presidencia de Estados Unidos transmitiendo una imagen de honestidad y determinado a hacer de los Derechos Humanos una consideración integral de la política exterior de su país. Principio ético que aplicó sobre todo en las relaciones con la URSS, lo que afectó a la distensión nixoniana y, junto con la invasión soviética de Afganistán y la decisión sobre los euromisiles, pese al tratado SALT II, condujo sin desearlo a una segunda Guerra Fría en 1979. Carter apadrinó los Acuerdos de Camp David, accedió a devolver el Canal a Panamá y estableció relaciones diplomáticas con China Popular, pero el fracaso estratégico en Irán la Revolución Islámica y la crisis de los rehenes agudizó su imagen de debilidad. Acuciado además por la crisis energética y la estanflación, el mandatario perdió la reelección ante el republicano Reagan en 1980. Desde que dejó la Casa Blanca, Carter se ha mantenido activo internacionalmente como mediador de conflictos, promotor de la democracia y monitor electoral, labor excepcional que le hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 2002.