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Autores/as: Asociación Española de Pediatría
Quien aborde la lectura del libro blanco de las especialidades pediátricas debe tener presente que la infancia es una etapa de la vida en continuo cambio que, desde un punto de vista biológico, se caracteriza por el crecimiento y la maduración hasta alcanzar la vida adulta. Esta inmadurez morfológica, estructural y funcional, aplicable a todos los órganos, aparatos y sistemas del niño, explica su inherente vulnerabilidad. La pediatría, como disciplina que estudia al niño en su totalidad, condiciona la diferencia fundamental con el resto de las especialidades médicas dedicadas a la atención del adulto. No se trata por tanto de una disciplina dirigida al estudio de las enfermedades de un determinado órgano o aparato, sino que es la medicina de un ser cuyas características físicas, psíquicas y sociales son muy distintas a las del sujeto adulto. Al tratarse de una especialidad vertical, la pediatría aborda de una forma total y completa la atención del niño y el adolescente en el contexto del medio donde se desarrolla (familiar, escolar y social).