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Autores/as: Novalis
La poesía religiosa, cuando es la manifestación sincera de una experiencia interna, puede interpretarse como una gran metáfora con la que se intenta expresar aquello que no puede verbalizarse. Como en los textos taoistas suele predominar en ella el lenguaje contradictorio (como herramienta para deshacer en una primera fase la lógica mental del lector) acompañado, por supuesto, de la imaginería religiosa que corresponda. Para el poeta Novalis, el cristianismo. Pero no la imitación a Cristo (o al cristo de los evangelios, como sería lo verdaderamente cristiano-católico) Novalis persigue (desea) la unión (física y espiritual) con Cristo como símbolo (buen romántico) de un ideal místico de plenitud y, entiendo, felicidad: el retorno al paraíso, la Edad de Oro o el Jardín del Edén (puede entenderse también al modo Zen: el jardín interior). Al final, el deseo de una realidad donde todo es perfecto y no existe el dolor ni la frustración.