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Autores/as: Lucio Anneo Séneca
Para Séneca el sabio no puede ni recibir ultraje (ser afectado por desgracias), ni tampoco ofensas (insultos de otras personas). Esto no quiere decir que no pueda ser objeto de éstas, sino que aunque lo sea no penetrarán en él. Al tratar el ultraje y sus desgracias, argumenta que el único mal verdadero para el sabio es la indecencia, es decir, la deshonra o falta de virtud y que, dado que el sabio posee ya la virtud (no es aspirante a sabio, sino sabio como tal) no puede recibir dicho mal sino defenderse resistiendo con su grandeza de ánimo. Y es que todo el bien del sabio está en sí mismo, no en el azar o la fortuna, por lo cual cualquier evento exterior que pudiera ocurrirle no puede tocar jamás su virtud y firmeza.