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Autores/as: Arthur Conan Doyle
Este capítulo narra al detective Holmes, en el momento en que descubre un reactivo con el cual se puede determinar la presencia de rastros de sangre. Se nos presenta como un hombre tranquilo y amable. También es bastante inteligente y perceptivo, y siente curiosidad por la personalidad de Holmes. Además, comparte con él el interés por la música. De manera que la convivencia resulta agradable para ambos y con esto se inicia una amistad perdurable, que se extiende más allá de esta novela, en las otras novelas y cuentos de la saga, y es una de las más famosas de la literatura.